El jugo de las hojas del Aloe se utiliza en forma de gel para afecciones de la piel como irritaciones o inflamaciones.
El gel de Aloe favorece la cicatrización y la regeneración de la piel, aumentando el correcto entrelazado de las fibras de colágeno en zonas dañadas, aliviando y cicatrizando heridas, quemaduras, llagas, eccemas, psoriasis, acné o golpes y hematomas.
Produce un efecto calmante y refrescante gracias a su alto contenido en agua (99,5%) y está especialmente indicado en enfermedades cutáneas como el sarampión, la varicela o el herpes.
Resulta muy apropiado tras la depilación, el afeitado o la exposición a agentes adversos como frío o viento, reduciendo el dolor y restaurando el PH natural de la piel.
Muy indicado para después del sol, ya que calma e hidrata la piel afectada.
Tiene propiedades antibacterianas, antifúngicas y antivirales.